Estamos en la víspera de Navidad y los cristianos deseamos llegar a la Nochebuena con el espíritu dispuesto para recibir a Nuestro Señor. Centrar nuestra mirada y nuestro corazón en el Pesebre, en Su nacimiento, para regocijarnos y encontrarnos con la ternura de Dios. 

Sin embargo, lo que acontece a diario, la realidad en la que estamos inmersos, no colabora con el clima interno, el íntimo, que anhelamos para prepararnos para ese momento. Como reza la oración por la Patria, “nos sentimos heridos y agobiados”.

En nuestros trabajos, en la calle, en los medios, en las redes, se entremezclan el mal humor, la discusión, la intolerancia, la violencia. La grieta, presente.

“Nada anda bien en una sociedad donde muchos están mal”, decía Enrique Shaw. Y muchos están realmente mal en nuestra Argentina.

Está difícil.  Es un país complicado. Es un mundo complicado.

Pero sabemos que ni para el mismo Cristo las cosas resultaron fáciles. 

Jesús nos propone centrarnos en Él, que nos ama, nos anima y nos sostiene. Nos dice y nos muestra con su Nacimiento, Vida, Muerte y Resurrección, qué es lo importante. Nos marca el camino y nos pide que lo sigamos.

Como lo hizo Enrique Shaw, quien se preguntaba “¿Tenemos la convicción de que estamos encargados de hacer mejor al mundo y de que podemos hacerlo?”. 

Y sabemos que sólo con Dios podemos hacerlo.

La santidad, a la que todos estamos llamados, nos propone un estilo de vida, que el fundador de ACDE, llevó adelante con absoluta coherencia en todos los ámbitos de su vida. Es cuestión que convicción, coherencia y fe.

Deberíamos, como cristianos, proponernos cambiar la realidad de esta Navidad, de iluminar a los demás con un espíritu positivo y esperanzado. Empezando por nuestros hogares y por nuestros trabajos. Vivirla con alegría. Sin dejar de ser realistas. Ayudando y solidarizándonos con nuestros hermanos que nos necesitan.

“Alégrate” es lo que Dios le dice a María. Y nos lo dice a todos. Que, a pesar de las circunstancias desfavorables, la Buena Noticia, la Gran Noticia, es que Dios está con nosotros.

Es nuestro deseo que en esta Navidad encontremos la alegría y la esperanza.